23 mar 2006

Mal día para abandonar los alucinógenos...

Cualquiera puede tener un mal día. En algunos trabajos es más malo que en otros. A veces uno se harta un poco de estar trabajando en los bordes del mundo, sosteniendo los pedazos de un sistema en decadencia. A veces quisiera dedicarme a algo constructivo en lugar de paliativo. Me dura poco. La siguiente llamada telefónica me vuelve a colocar en el borde de la alfombra, sosteniendo las hilachas a punto de desprenderse.
Teoría de la atribución de las responsabilidades porcinas: "la culpa no es del chancho..."

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