Un día una familia tipo escuchó un ruido en el fondo. Sonaba como un pájaro y era uno. "Una gaviota!", dijo alguien. "Creo que es un albatro"... "¿No es albatrossss?".
El asunto es que el pájaro estaba en el fondo, era bastante grande. Más que una gallina.
Después de mirarlo un rato desde una distancia prudencial, el nene más chico intentó ahuyentarle y todos se dieron cuenta de que el bicho no podía volar. La nena quedó chocha porque hacía tiempo que pedía una mascota.
Rápidamente se abrió una sesión de debate familiar acerca de la conveniencia o no de tener un ave marina como mascota. Que quién se iba a encargar de traer pescado para darle de comer. Que quién iba a limpiar las cagadas. Alguien mencionó que el guano es lo mejor para abono. Pero nadie quería limpiar. Pero uno no puede abandonar un animal así como así.
- ¿Porqué no? - preguntó la nena.
- Porque no está bien.
- ¿Porqué no?
- Porque tenemos que proteger la vida.
- ¿Porqué?
- Porque no sabemos si somos el único planeta habitado de todo el universo. Si es así, cada vida es sagrada.
- Entonces - dice la hipermadura - ¿porqué en lugar de proteger un animal no protegés a un pobre?
Harto de los cuestionamientos altruistas de alguien que todavía no llegó a la adolescencia, el padre le responde:
- Porque si protegés a un animal te quedás con la conciencia tranquila sin riesgo de que te lleven preso.
Mientras todo el mundo discutía, el pájaro desapareció.
Cada tanto surge la discusión en la familia acerca de si el pájaro podía volar o no cuando lo encontraron. Se sospecha que salió disparando al escuchar el debate.
Lo pasaron por Zona Urbana.
2 comentarios:
Gracias por la visita. Como ves ahora me tocó a mi pasar por aqui. Muy interesante por cierto y en muchas cosas me siento reflajada (gracias por la idea de la cooperativa!! la tendre en cuenta para los dientitos de Manuel) Abrazos
divertido, me parece que los niños no deberian ser hipermaduros... pero no entienden razones
Publicar un comentario